sábado, 17 de mayo de 2008

LAS PASIONES JUVENILES VS LA SANTIDAD JUVENIL


2 TIMOTEO 2: 22 “Huye también de las pasiones juveniles y sigue la justicia, la fe, el amor y la paz, con los que de corazón limpio invocan al señor “

Huir, desde siempre, ha sido considerado como un signo de cobardía. Huir de peligros o de situaciones y personas desagradables, es común o normal, y a la vez, relativamente fácil. Pero, huir de personas o situaciones que nos son agradables, tales como: un momento de intimidad con tu pareja, una película con escenas eróticas o páginas pornográficas en Internet, etc., es sumamente difícil para el común de las personas, y además parece como anormal.

Un Joven con un Propósito definido debe ser VALIENTE para huir de las pasiones juveniles. Pues sólo un valiente nada contra la corriente de este mundo.

DEFINAMOS QUE SON LAS PASIONES JUVENILES

Viene de una Palabra Griega epithumia que significa : Un fuerte deseo y una intensa inclinación por alguna cosa.

Tres veces se aplica a buenos deseos. (Lc 22.15; Flp 1.23; 1 Ts 2.17).

Sus otros usos son negativos, tales como: gratificar los anhelos sensuales, el deseo de las cosas prohibidas, los gustos por lo malo, la codicia por las cosas que son de otro, y querer cosas, personas, o experiencias que son contrarias a la voluntad de Dios.


ALGUNAS PASIONES JUVENILES


1. Sexualidad mal manejada 1 Cor. 6: 15- 19

Huye de la fornicación ( 1 Cor. 6: 18) :
El cuerpo es templo del Espíritu Santo y en un cuerpo fornicario no habita el Espíritu de Dios, que es esencial para vencer todo pecado.

Huye de sitios de streptes y lugares de prostitutas ( 1 Cor. 6: 16): Estos sitios son de perdición y se pueden adquirir enfermedades y espíritus no deseados. No es justo que tu primera vez se la regales a una prostituta. Dios tiene una propósito diferente en tu vida.

Huye de la pornografía ( 1 Juan 2: 15-17): No alimentes los deseos carnales de tus ojos con revistas, periódicos, sitios de Internet, cine, afiches.

Huye de la homosexualidad ( Gen 1: 27-28): Las relaciones homosexuales no están avaladas por la palabra de Dios

2. Relaciones de Noviazgo que no tiene la cobertura de Dios ( 2 Sam. 11)

En la Biblia hay un ejemplo claro de las consecuencias que traen las relaciones que no tienen cobertura de Dios. Se trata de David que se dejó llevar por los deseos de sus ojos y esto trajo graves consecuencias a su vida.


Huye de los noviazgos prematuros: Todo tiene su tiempo y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora.

Huye de los amores prohibidos: No nos podemos dejar contaminar con espíritus aventureros y de rebeldía.

Huye de las relaciones de noviazgo cuyo objetivo sea puramente sexual: El enamoramiento juvenil basado en la pasión no es amor. El verdadero amor es divino y proviene de Dios.

Huye de las relaciones basadas en infidelidades y liberalismo

Huye de los yugos desiguales: Las relaciones de noviazgo deben ser entre jóvenes cristianos, para evitar caer en pasiones juveniles descontroladas.


3. IDOLATRIA (Det. 6: 5)



La idolatría no solamente se centra en la adoración de imágenes religiosas como la mayoría piensa. La idolatría está centrada en el desmedido amor por las cosas materiales que nos alejan del amor a Dios.

Huye del desmedido amor al dinero ( 1 timoteo 6:10) : El desmedido amor al dinero y la ambición lleva a muchos jóvenes a caer en malos negocios basados en el engaño y la mentira.

Huye del alcohol y las drogas ( Efesios 5:18): El enemigo nos engaña con las drogas y el alcohol vendiéndonos la idea de que son la solución para llenar nuestros vacíos espirituales.

Huye de las rumbas y fiestas no cristianas: En estas normalmente los jóvenes se inician en problemas con alcohol, drogas y pecados sexuales.


Quizá hasta este punto te sientes identificado con mas de alguna pasión juvenil, y a lo mejor estés pensando que te es muy difícil salir de ella, Pues quiero decirte que Jesús es el único que puede sacarte del pozo al que has caído y luego que se saca El te da la fuerza para vencer esas pasiones que tanto han dañado tu vida.

Por otra parte si tu eres un hijo de Dios y le has entregado tu vida al Señor y aun así has caído en alguna de estas pasiones juveniles y piensas que no puedes salir de ellas puesto que muchas veces lo has intentado déjame decirte que no te puedes dar por vencido, recuerda que la Biblia dice: “Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio”. (2 Timoteo 1:7)


COMO VENCER LAS PASIONES JUVENILES


En este punto debemos seguir lo que nos enseña la Biblia a través de José (Génesis 39: 11-13). José no cedió ante las insinuaciones y propuestas de la esposa de Potifar. Por el contrario huyó de estás.

No juegues con Fuego puesto que de otra forma caerás en el Pecado.

Evita momentos de demasiada intimidad en tu noviazgo.

Pídele sabiduría y dirección a Dios para que te guíe en cuanto a tus sentimientos y sométete a su Palabra.

Si has caído en alguna Pasión Juvenil reconócelo y pídele perdón.

Entrégale tu vida por completo a Jesús y permite que el sea quien te guíe en todo lo que hagas.


http://shio-refle.blogspot.com/2007/09/pasiones-juveniles.html

sábado, 10 de mayo de 2008

CUANDO MI VOLUNTAD ME HACE PECAR


En el mismo momento en que una persona cree en el Señor Jesús es librada del pecado. No obstante, puede ser que ésta no sea la experiencia común de todos los creyentes. Son salvos, pertenecen al Señor y poseen vida eterna, pero todavía son asediados por el pecado sin poder servir al Señor como desean.

Para alguien que recién ha creído en el Señor Jesús es una experiencia muy dolorosa ser acosado continuamente por el pecado. Es sensible al pecado y tiene una vida que condena el pecado, pero todavía peca. Esto da como resultado frustración y desánimo.

Muchos cristianos tratan de vencerlo usando sus propios esfuerzos. Creen que si renuncian a él y rechazan sus tentaciones, serán librados. Algunos luchan constantemente contra éste con la esperanza de vencerlo. Otros piensan que el pecado los ha hecho cautivos y que tienen que emplear todas las fuerzas para librarse de sus ataduras. Pero éstos son pensamientos humanos, no es lo que la Palabra de Dios nos enseña. Ninguno de estos métodos conducen a la victoria. La Palabra de Dios no dice que luchemos contra el pecado con nuestras propias fuerzas, sino que seremos rescatados del pecado, es decir, puestos en libertad. El pecado es un poder que esclaviza al hombre, y la manera de acabar con éste no es destruyéndolo por nosotros mismos, sino permitiendo que el Señor nos libere de él. El Señor nos salva del pecado anulando el poder que éste tiene sobre nosotros. En Romanos 7 y 8 vemos cómo puede lograrse esto.

I. EL PECADO ES UNA LEY (Rom. 7: 15-25).

En los versículos 15 al 20, Pablo usa repetidas veces las expresiones "querer" y "no quiero" y hace mucho énfasis en esto; pero, en los versículos del 21 al 25 hace hincapié en la ley. Estos dos asuntos son la clave de este pasaje.

La ley es algo inmutable e invariable, que no da lugar a excepciones. Su poder es natural, no artificial. Por ejemplo, la gravedad es una ley. Si lanzamos un objeto al aire, inmediatamente cae al suelo, aunque nosotros no lo tiremos hacia abajo.

Romanos 7 nos muestra que Pablo trataba de librarse del pecado, porque deseaba agradar a Dios. No obstante, al final tuvo que admitir que era vano tomar la determinación de hacer el bien. Esto nos muestra que el camino a la victoria no reside en la voluntad ni en la firmeza del hombre. El deseo está en uno, pero no el hacerlo. Después del versículo 21, Pablo nos muestra que aún permanecía en derrota. Esto se debe a que el pecado es una ley. En su corazón, él estaba sujeto a la ley de Dios, pero su carne se rendía ante la ley del pecado.

Pablo fue la primera persona en la Biblia que dijo que el pecado era una ley. Este es un descubrimiento de suma importancia. Es una lástima que muchos cristianos aún no se den cuenta de ello. Muchos saben que la gravedad es una ley y que la dilatación de los gases con el calor es otra ley, pero no saben que el pecado es una ley. Así que, detrás de nuestros fracasos hay una ley.

II. LA VOLUNTAD DEL HOMBRE NO PUEDE VENCER LA LEY DEL PECADO.

Después del versículo 21, los ojos de Pablo se abrieron, y pudo ver que su enemigo, el pecado, era una ley. Entonces dijo: "¡Miserable de mí! ¿Quién me librará de este cuerpo de muerte?" Él comprendió que era imposible prevalecer sobre el pecado usando su voluntad.

¿Qué es la voluntad? Es lo que el hombre quiere y decide hacer; y está constituida de las opiniones y juicios humanos. Una vez que la voluntad del hombre se propone hacer algo, lo lleva a cabo. La voluntad del hombre tiene cierto poder; existe fuerza en la voluntad. Pero ahí yace el problema. Cuando la voluntad entra conflicto con la ley del pecado, ¿cuál de los dos prevalece? Por lo general, la voluntad prevalece al principio, pero finalmente gana el pecado. Supongamos que usted sostiene con su mano un libro que pesa un kilo. Aunque hace lo posible por sostenerlo, la gravedad lo atrae hacia abajo. La acción constante de la ley de gravedad finalmente prevalecerá, y el libro caerá al piso. La gravedad nunca se cansa, pero su mano sí. El libro se ha vuelto más pesado: la ley de gravedad ha triunfado sobre el poder de su mano. El mismo principio se aplica cuando usted trata de vencer el pecado ejerciendo su voluntad. Esta puede resistir por algún tiempo; pero al final, el poder del pecado vence al poder de su voluntad.

Es fácil ver que el mal genio es un pecado. Después que usted explota, reconoce que actuó mal, y se promete que eso no volverá a suceder. Ora y recibe el perdón de Dios. Confiesa su pecado a los demás, y su corazón vuelve a tener gozo. Usted cree que no se volverá a enojar. Pero al tiempo, vuelve a enojarse, y así una y otra vez. Esto comprueba que el pecado no es un error fortuito, sino que es algo que ocurre repetidas veces y que lo atormenta continuamente. Aquellos que mienten siguen mintiendo, y aquellos que pierden la paciencia, la continúan perdiendo. Esta es una ley, y no hay poder humano que pueda vencerla.

Una vez que el Señor nos conceda misericordia y nos muestre que el pecado es una ley, no estaremos lejos de la victoria. Después de que Pablo lo descubrió, comprendió que ninguno de sus métodos funcionaría. Este fue un gran descubrimiento, una gran revelación para él.

Debemos encontrar el significado de Romanos 7 antes de poder experimentar el capítulo 8. Lo importante no es entender la doctrina de Romanos 8, sino haber salido de Romanos 7. Si uno no ha visto que el pecado es una ley y que la voluntad nunca la puede vencer, se encuentra atrapado en Romanos 7; nunca llegará a Romanos 8.

Puesto que el pecado es una ley, y la voluntad no puede vencerla, ¿cuál es el camino para alcanzar la victoria?

III. LA LEY DEL ESPÍRITU DE VIDA NOS LIBRA DE LA LEY DEL PECADO. (Rom. 8:1-2).

El camino hacia la victoria consiste en ser librado de la ley del pecado y de la muerte. Muchos hijos de Dios piensan que es el Espíritu de vida quien los libra del pecado y de la muerte; no ven que es la ley del Espíritu de vida la que los libra de la ley del pecado y de la muerte. Cuando el Señor abre nuestros ojos, vemos que el pecado y la muerte son una ley, y que el Espíritu Santo es también una ley. Descubrir esto es un gran suceso. Cuando nos damos cuenta de este hecho, saltamos y exclamamos: "¡Gracias a Dios, aleluya!".

No necesitamos querer, ni hacer algo, ni aferrarnos al Espíritu Santo para que esta ley nos libre de la otra ley, ya que el Espíritu del Señor está en nosotros. Si en momentos de tentación tememos que el Espíritu del Señor no operará en nosotros a menos que nos esforcemos en ayudarle, aún no hemos visto el Espíritu de vida como una ley que opera en nosotros. El problema de una ley, sólo puede ser resuelto por otra ley.

La gravedad es una ley que atrae los objetos hacia el suelo. Pero si inflamos un globo de helio, comenzará a elevarse, sin necesidad de que el viento u otra fuerza lo sostenga. Lo que lo lleva a elevarse es una ley, y no necesitamos hacer nada para ayudarle. De la misma manera, la ley del Espíritu de vida elimina la ley del pecado y de la muerte sin ningún esfuerzo nuestro.

Supongamos que alguien lo regaña a usted o lo golpea injustamente. Es posible que usted venza la situación sin siquiera comprender lo que ha sucedido. Después de que todo pasa, posiblemente se pregunte cómo es posible que no se enojó a pesar de haber suficiente motivo para hacerlo. ¡Pero asombrosamente usted venció la situación sin darse cuenta! De hecho, las verdaderas victorias se obtienen sin que nos demos cuenta, porque es la ley del Espíritu de vida, no nuestra voluntad, la que actúa y nos sostiene. Mientras desconfíe de su voluntad y esfuerzo propio, el Espíritu Santo lo conducirá al triunfo. Nuestros fracasos del pasado fueron el resultado de una ley, y las victorias de hoy también son el resultado de una ley. La ley anterior era poderosa, pero la ley que hoy tenemos es más poderosa.

Toda persona que ha sido salva debe saber claramente cómo ser librada.

Primero, debemos ver que el pecado es una ley que actúa en nosotros. Si no vemos esto, no podemos proseguir.

Segundo, que la voluntad no puede vencer la ley del pecado.

Tercero, que el Espíritu Santo es una ley, y que esta ley nos libra de la ley del pecado.
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UN CARÁCTER MOLDEABLE COMO EL BARRO


MOLDEABLE: Dar forma a una materia en un molde.Modelar. Sacar el molde de una figura.
Desarrollar el carácter de alguien en sus gustos,sentimientos,ideas,etc.
¿Qué quiere Dios de nosotros?

Dios quiere que seamos, vasijas de barro, personas con un carácter moldeable para que El pueda trabajar en nosotros.

Isaías 64:8 dice: "Ahora pues, Jehová, tú eres nuestro Padre; nosotros barro, y tú el que nos formaste; así que obra de tus manos somos todos nosotros"

Para tener un carácter conforme al corazón de Dios es necesario pasar: por el fuego, pruebas, desiertos, luchas, adversidades.

Lo más grandioso ahí en medio de la prueba es darse cuenta que a pesar de estar hecho pedazos, estaba en las manos del alfarero, del mas grande, dulce y maravilloso alfarero, Cristo el admirable.
¿Sabes lo que les sucede a las vasijas de barro cuando ya han sido formadas? Se ponen al fuego, donde son cocidas y endurecidas. Como la vasija, nosotros también somos puestos al fuego - el horno de las luchas y adversidades de la vida. No nos gusta el horno - es muy caliente. Aparentemente intolerable, pero si nos resistimos, podemos arruinar los resultados de un proceso notable.

La buena noticia es que Dios no te deshecha aunque estés herido, triste o hecho pedazos al contrario si estas ahí en el suelo eres el mejor candidato para que el tome cada pedazo y hacer de ti un maravilloso vaso de honra.

La Biblia dice en II de corintios 4:7 “Pero tenemos este tesoro en vaso de barro, para que la excelencia del poder sea de Dios, y no de nosotros”
Es necesario el desierto si no hay lucha no hay victoria sino hay muerte al Yo no puede haber vida en Cristo.

“Como el barro en la mano del alfarero, así sois vosotros en mi mano”
Jeremías 18:1-6

“… Y descendí a casa del alfarero, y he aquí que él trabajaba sobre la rueda. Y la vasija de barro que él hacía se echó a perder en su mano; y volvió y la hizo otra vasija, según le pareció mejor hacerla. Entonces vino a mí palabra de Jehová, diciendo: No podré yo hacer de vosotros como este alfarero, OH casa de Israel? dice Jehová. He aquí que como el barro en la mano del alfarero, así sois vosotros en mi mano, OH casa de Israel…”



DIFICULTADES PARA QUE UN CORAZÓN (BARRO) SEA MOLDEADO

1. La desobediencia
2. Un corazón endurecido
3. No escuchar la voz de Dios
4. El pecado
5. La amargura
6. La idolatría
7. La falta de arrepentimiento

Así como la dureza del barro produce problemas al alfarero para formar su vasija de barro así la desobediencia del cristiano produce endurecimiento en su corazón. El pueblo de Juda se endureció a la voz de Dios y fue quebrantado. Si sólo pudiéramos ver el producto terminado que Dios ha planeado, nunca le desobedeceríamos. Es triste, pero pensamos que sabemos más que Él acerca de la vida. ¿Hemos endurecido nuestro corazón a la voz del Señor? ¿Sentimos que nada nos sale bien? ¿Sabes porque? Por que Él al que ama disciplina. Si tan solo le pedimos perdón por nuestro pecado ya veremos que tan dócil es Su mano con nosotros.

“... Y la vasija de barro que él hacía se echó a perder en su mano…” v.4. Hay veces el barro se hecha a perder en las manos del Alfarero por causa de que el barro esta mezclado con piedritas que impiden darle consistencia al material. Así pasa con nuestra amargura. Ella hace que el bien que Dios quería hacer con nuestras vidas se eche a perder. La amargura y la idolatría hicieron que el pueblo de Juda no se arrepintiese. El apóstol Pablo dice, “Mirad bien, no sea que alguno deje de alcanzar la gracia de Dios; que brotando alguna raíz de amargura, os estorbe, y por ella muchos sean contaminados” Hebreos 12:15.

La rueda es el lugar donde el Alfarero moldea nuestra vida. Por lo tanto nuestra vida representa la rueda. El alfarero es el que le da la velocidad a la rueda, no la vasija. Nuestra vida va de acuerdo a Su tiempo y no al nuestro. No nos afanemos. Lo más importante en cuanto a la rueda no es su tamaño, sino su centro. Si la rueda está «centrada», todo estará equilibrado. Cristo es el centro de la vida cristiana consagrada (Mt 6.33). Debemos de estar centrados en El para encontrar el Verdadero equilibro de nuestra vida.

Cada creyente será moldeado de forma diferente para que pueda realizar el servicio que Dios desea. Pero, a pesar de nuestra diferente preparación, todos tenemos la marca de nuestro Alfarero.

Con demasiada frecuencia nos ponemos a ver los talentos y las capacidades de quienes nos rodean, y quisiéramos ser más como ellos. Pero hemos sido hechos exactamente para los propósitos que Dios tiene para nosotros, y Él no se equivoca. Si pasamos el tiempo deseando tener los talentos que no se adecuan al plan de Dios, o si nos negamos a usar los dones espirituales que Él nos ha dado, desperdiciamos Sus esfuerzos y nuestra oportunidad de servirle.
Observemos ahora qué hace el Barro:

1. La masilla tiene que ser triturada: reducida, lo que se logra pisoteándole y dándole con la mano, llevándola a su mínima expresión, para que la masilla adquiera la textura que la va a hacer maleable, en manos del alfarero. La hace dócil.

2. Tiene que ser purificada: Llevan la masilla a cisternas pequeñas, dentro de la tierra, sumergiéndola agua. En el vocabulario de Dios agua es el Espíritu Santo. La persona tiene que ser sumergida en el Espíritu Santo.

El polvo va a bajarse y el agua va a ir subiendo las impurezas. Abajo el barro, arriba las impurezas.

Únicamente el Espíritu Santo revela lo que hay en el corazón, y haciendo salir la impureza. Después que se ha extraído esta impureza, se mueve, una y otra vez, para que durante días suelte lo que no debe tener.

3. Cernida: Se ejerce presión sobre el lodo para que baje lo puro y quede lo impuro.
En el tamizaje todo empieza a doler, el Yo empieza a protestar cuando pasamos por el cernido de Dios.

4. Se deja reposar: ese reposo es para que la masa adquiera la elasticidad que necesita antes de empezar el moldeado. Durante todo este proceso nos convertimos en gente con dominio propio, trabajando con el Espíritu de Dios. En ese momento la arcilla queda liberada de la impureza. No puede permanecer la cal, porque si se somete al fuego, el barro se infla y se rompe la vasija. Altivez, orgullo se quedó escondido pero, como el fuego revela, todo esto sale, porque estaba escondida la cal en la masa.

En caso de que la vasija se rompa en el fuego no habría arreglo. Si está llena de piedras, al ponerla en el fuego, taladra, forma, un agujero que no permite que el brillo salga, se obtenga.

Rebeldía, negligencia, falta de humildad, terquedad, dureza de corazón, son piedras que se guardan en la masa. Las personas que no se dejan moldear no pueden llamarse hijo de Dios, hombres y mujeres a quienes Dios está transformando.

El fruto del Espíritu tiene que manifestarse y producir resultados espirituales en nosotros. No podemos resistirnos al trato del alfarero, quien trabaja gradualmente con aquellos que permiten ser trabajados. El alfarero aplica una velocidad específica de acuerdo a la forma que le esté dando.


Reflejaremos a Cristo en la medida en que permitamos el trabajo de Dios en nuestras vidas. Paciencia, serenidad, son frutos del Espíritu. Dios quiere formarlas en nuestro interior pero, si se encuentra con resistencia, no hará las dimensiones internas que quiere hacer en nuestras vidas.

La masa por naturaleza no tiende a levantarse. Quien le da la altura al todo es Jesucristo y lo hace con precisión, lentitud y perseverancia.

¿Estamos permitiendo que Dios nos moldee a su tiempo?

Es necesario que respetemos su ritmo, la manera en que quiere darnos forma.

El barro que Dios preparó es para que sea vasija preciosa, donde la murmuración, la dureza, no existan más y sea a la imagen de su hijo. ¿Cuántos de nosotros le impedimos a Dios que haga esa vasija? Autoafirmémonos en el carácter nuevo que Dios nos da. Por la condición de nuestro corazón daremos mayor o menor fruto.

Permitámosle a Dios que nos purifique, que nos moldee, que haga su operación en nuestras vidas, para que logremos ser ese barro de alta calidad, totalmente moldeable en manos del alfarero.

Transformar el carácter del creyente a la plenitud de Cristo: “hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo” Efesios 4:13