sábado, 7 de junio de 2008

PREPARÁNDONOS PARA UN ENCUENTRO CON JESÚS


Un encuentro con Jesús es algo que todos necesitamos, sea que solo hayamos oído hablar de Él desde lejos, sea que ya lo conocemos ó que hemos caminado hace muchos años a su lado: no hay nada más especial que encontrarnos con nuestro Señor, nuestro Hacedor, nuestro Salvador, nuestro Sanador, nuestro Proveedor y nuestro Fiel Amigo. Como Él no hay otro y no importa en que punto de nuestra vida nos encontramos.

Todos tenemos cargas viejas en nuestras vidas. A veces ni estamos conscientes de ellas. Se han escondido en algún rincón de nuestro ser y solo en los momentos menos esperados y deseados se hacen sentir. No nos dejan progresar en las relaciones con nuestros seres queridos, en nuestra vida profesional, en nuestra vida de fe, en todas las demás áreas de nuestra vida.

Pero esto no tiene por que terminar así: Jesús nos trajo libertad cuando se entregó por nosotros en la cruz, pero la tenemos que recibir de su mano y de esto se trata el Encuentro Con Jesús.

En la Biblia se relatan muchos encuentros con Dios y el resultado de estos encuentros es un cambio y una transformación completa de la vida de estos personajes. Algunos ejemplos:


Antiguo testamento

Encuentro con Abraham (Gen. 17): Dios le dio una promesa que cambió el rumbo de su vida. También le cambió el nombre de Abram (El Padre es exaltado) por Abraham (Padre de multitudes)

Encuentro con Jacob (Gen 32: 22-31): Se produjo en Peniel. Allí Dios le cambió el nombre de Jacob (que significa engañador) por Israel (que significa el que gobierna como Dios gobierna). De este encuentro nació Israel, pueblo escogido por Dios

Encuentro con Moisés (Éxodo 3): Dios lo escogió para liberar a su pueblo de Egipto. Auque era un hombre tímido y de pocas palabras, Dios le dio un manto especial de autoridad que le permitió dirigir al pueblo de Israel en el desierto.


Nuevo testamento

Encuentro de Jesús con Nicodemo (Juan 3: 1-15): Jesús lo invita a nacer de nuevo, es decir tener un nuevo nacimiento en el espíritu. La vida de Nicodemo fue transformada.

Encuentro de Jesús con la samaritana (Juan 4: 5-42): Jesús la invita a saciar su sed, no solo material sino espiritual y le ofrece agua viva. La vida de esta mujer fue transformada a partir de este momento y anuncia a sus conciudadanos que ha descubierto al Mesías.

Encuentro de Jesús con Pablo (Hechos 9: 1-18): Jesús lo escogió para un ministerio de evangelización muy importante. Le cambió el nombre de Saulo por Pablo.


Consejos para tener un encuentro genuino con Jesús

1. Reconocer los pecados (Salmo 51:3): Es lo primero que debemos hacer si queremos tener un verdadero encuentro con Cristo. Debemos reconocer que somos pecadores y hacer el propósito de parar de pecar. No tiene sentido el reconocer nuestros errores si no nos proyectamos a un cambio de vida que implica dejar de pecar.

2. Tener un arrepentimiento verdadero (Salmo 51: 4): Un arrepentimiento genuino implica sentir y tristeza porque le hemos fallado al Señor, un cambio de mentalidad, cambio de la manera de vivir, cambio de actitud, renovación del entendimiento y transformación de nuestros pensamientos.

3. Buscar a Jesús en la intimidad (Salmo 51: 6): En el lugar secreto, en la intimidad personal que tengamos con Jesús vamos a encontrar sabiduría y la fortaleza necesaria para no volver a pecar.

4. Permitir que seamos limpiados por la sangre de Jesús (Salmo 51:7): Somos como vasijas llenas de agua. Debemos permitir que el agua sucia que hay en nuestra vida sea cambiada por agua limpia, es decir agua viva. De esta manera vamos a encontrar gozo y alegría en el Señor.

Webgrafía

http://www.icpv.org/node/138

http://www.alencuentroconjesus.com/espanol/images/p_01/fot1.gif










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