sábado, 21 de marzo de 2009

EL PODER DE SER HIJOS DE DIOS


¿Quiénes son los hijos de Dios? El nacimiento espiritual hace que alguien se convierta en hijo de Dios. Está en la Biblia, Juan 1:12-13, "Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios".


Dios nos ofrece la oportunidad de ser sus hijos. Está en la Biblia, 1 Juan 3:1, "Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios; por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoció a él".


Los cristianos son adoptados en la familia de Dios. Está en la Biblia, Romanos 8:16, "El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios". Gálatas 4:4-5, "Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley, para que redimiese a los que estaban bajo la ley, a fin de que recibiésemos la adopción de hijos".


Dios quiere que Sus hijos se vuelvan más y más como Jesucristo. Aunque solo en el cielo podremos ser perfectos, un hijo de Dios no pecará habitualmente y sin arrepentirse. “Hijitos, nadie os engañe; el que hace justicia es justo, como Él es justo. El que practica el pecado es del diablo; porque el diablo peca desde el principio. Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo. Todo aquel que es nacido de Dios, no practica el pecado, porque la simiente de Dios permanece en él; y no puede pecar, porque es nacido de Dios. En esto se manifiestan los hijos de Dios, y los hijos del diablo: todo aquel que no hace justicia, y que no ama a su hermano, no es de Dios.” (1 Juan 3:7-10).


La Biblia establece claramente, que toda la gente es creación de Dios (Colosenses 1:16), pero que solo aquellos que han nacido de nuevo son hijos de Dios (Juan 1:12; Juan 11:52; Romanos 8:16; 1 Juan 3:1-10).
En la Escritura, los que se pierden nunca son mencionados como hijos de Dios. Efesios 2:3 nos dice que antes que fuéramos salvos, “éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás.” Romanos 9:8 dice que “…no los que son hijos según la carne son los hijos de Dios, sino los que son hijos según la promesa son contados como descendientes.” En vez de haber nacido como hijos de Dios, nacimos en pecado, el cual nos separa de Dios y nos sitúa al lado de Satanás como enemigos de Dios (Juan 8:43). Un verso después, en Juan 8:44, Jesús dijo a los fariseos; “Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer…” El hecho de que aquellos que no son salvos no son hijos de Dios, también puede verse en 1 Juan 3:10, “En esto se manifiestan los hijos de Dios, y los hijos del diablo; todo aquel que no hace justicia, y que no ama a su hermano, no es de Dios.”


Nos convertimos en hijos de Dios cuando somos salvos porque somos adoptados dentro de la familia de Dios a través de nuestra relación con Jesucristo (Gálatas 4:5-6; Efesios 1:5). Esto puede verse claramente en versos como Romanos 8:14-17. “Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios. Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba Padre! El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios. Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con Él, para que juntamente con Él seamos glorificados.” Aquellos que son salvos son “…hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús.” (Gálatas 3:26) porque Dios nos ha “…predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de Su voluntad.” (Efesios 1:5)


CARACTERÍSTICAS DE LOS HIJOS DE DIOS


A. Guardan los mandamientos de Dios (1 Juan. 5:1-3).


1. El ser "nacido de Dios" supone mucho más que simplemente aceptar el hecho de que Jesús es el Hijo de Dios.
2. Los hijos de Dios tienen una fe activa y obediente.


B. No practican el pecado (1 Juan. 3:9). Como cristianos, puede que pequemos de vez en cuando pero no debemos quedarnos en ese estado. Los verdaderos hijos de Dios no son indiferentes al pecado ni intentan justificarlo.


C. Son guiados por el Espíritu (Romanos. 8:14). Somos guiados por el Espíritu Santo solamente cuando nos sometemos humildemente a sus instrucciones encontradas en el N.T. (Efesios. 6:17).
D. Son pacificadores (Mateo. 5:9).


E. Aman a sus enemigos (Mateo. 5:44,45). El amor verdadero no consiste simplemente en abrazos y besos sino más bien en querer lo que es mejor para el otro. Desde luego, lo mejor que podemos desear para nuestro enemigo es que conozca la verdad y sea salvo.


F. Se parecen a su padre (1 Juan. 3:2,3; 1 Pedro. 1:13-16; Efesios. 5:1-5)


1. Cuando nace un bebé todos los padres se ponen contentísimos al darse cuenta de que su niño se les parece. La madre exclama: ¡Tiene mi nariz! y el padre dice: ¡Tiene mis ojos! Esto es motivo para regocijarse.
2. De igual manera, Dios se regocija al ver que Sus hijos se le parecen.


G. Siempre cuenta con su Padre.

2 comentarios:

hasley valeriano dijo...

Un gran articulo de mucha edificacion que Dios bendiga su ministerio

Noemi dijo...

muchísimas bendiciones, les visito desde mi blog www.creeenjesusyserassalvo.blogspot.com