jueves, 12 de marzo de 2009

EL SERVICIO A DIOS TE LEVANTA Y TE EXALTA


Palabra para estudiar: Hechos 5


La pregunta es, de nuevo: Siendo que ya no necesitamos de lugares especiales "sagrados", ni ceremonias, ni una clase clerical, ni sacrificios expiatorios, ni nada de lo que era obligatorio bajo el Viejo Pacto de la Ley, ¿Cómo debe ser nuestro servicio a Dios hoy, bajo el Nuevo Pacto, la ley de la libertad...?


Conociendo que, como cristianos, somos nosotros Templo de Dios, es obvio suponer que Dios habita permanentemente en cada uno de nosotros: "El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre lo amará, y vendremos a él y haremos morada con él" (Juan 14:23) Siendo así, nuestro servicio sagrado a Dios ya no es esporádico ni está destinado a ciertos días especiales; cada día de nuestras vidas, cada actividad, cada pensamiento se convierte, a partir del Nuevo Nacimiento, en un servicio sagrado a Dios:


Sigan haciendo todo como para Jehová, sea el comer o el beber, o el hacer cualquier otra cosa. (1 Corintios. 10:31)
(Romanos 12:1, 2)


Así que cada rasgo de nuestra vida se convierte en servicio sagrado a Dios. Siendo nosotros "sacrificio vivo" significa que absolutamente TODO lo que envuelva nuestra vida debe hacer "como para Jehová". Comer, dormir, trabajar, divertirse... todo debe hacerse pensando en que es un servicio sagrado a Jehová.
Nadie puede hacer la obra, llevar a cabo el propósito de Dios, seguir la voluntad del Señor y hacer proezas, si Dios realmente no está con él. Debemos procurar que la manifestación del poder de Dios no sea una vez por año, esporádica, sino que realmente se cumpla lo que dijo Jesús: “He aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo” (San Mateo 28:20).


Si buscamos, notaremos que son pocos los que ven una vida de integridad, una vida de testimonio, una vida de servicio, una vida de entrega. La mayoría está en otros asuntos, no quieren sacrificarse, no quieren esforzarse, no quieren darse al Señor.


Debemos trabajar no para sentirnos grandes, ni superiores; no debemos atraer la mirada de la gente hacia nosotros, para que nos endiose y exalte. No, sino por el contrario, trabajemos para atribuirle a Dios toda la gloria.


EFESIOS 2:10


Fuiste puesto en la tierra con un propósito: para servir a Dios y a los demás. Este es un propósito de Dios para tu vida. Siempre que sirves a otros de cualquier manera, verdaderamente estás sirviendo a Dios y cumpliendo uno de tus propósitos. No estamos en la tierra solo para respirar, comer, ocupar un espacio y divertirnos. Dios nos formó individualmente para que hiciéramos un aporte singular con nuestras vidas.
Dios te redimió para que hicieras su obra santa. Tú no eres salvo por buenas obras, sino para hacer buenas obras. En el reino de Dios, tienes un lugar, un propósito, un rol y una función que cumplir. Esto le da a tu vida un gran valor y significado. Una vez que has sido salvado, Dios intenta usarte en sus planes. Él te tiene un ministerio en su iglesia y una misión en el mundo.
Para los cristianos, el servicio no es opcional, algo que debe incluirse en nuestros horarios si disponemos de tiempo. Es el corazón de la vida cristiana. Jesús vino a servir y a dar, y esos dos verbos también pueden definir tu vida en la tierra. Servir y dar, en resumen, son propósitos de Dios para tu vida.


MATEO 20:27-28


Eres una obra de arte hecha a mano por Dios. No has sido fabricado en una línea de producción, ni ensamblado ni producido en cantidades industriales. Eres un diseño hecho a medida, una pieza original. Dios deliberadamente te hizo y te formó para que le sirvieras de una que hace tu ministerio único. Dios no solo te formó antes que nacieras, sino que planeó cada día de tu vida para apoyar su progreso para formarte. Eso quiere decir que nada de lo que pasa en tu vida es irrelevante. Dios usa todo eso para formarte para que ministres a otros y para servirlo a él.


Tus recursos son los talentos naturales con los que naciste.


Para usar nuestros talentos en el servicio, necesitas entender cuatro verdades:
· Todos nuestros recursos provienen de Dios.
· Cada recurso puede usarse para la gloria de Dios.
· Lo que soy capaz de hacer, esto es lo que Dios quiere que haga.
· Si no los uso, los perderé.


Esfuérzate por presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse y que interpreta rectamente la palabra de verdad” 2 TIMOTEO 2:15
Solo cuando nos olvidamos de nosotros mismos podemos hacer cosas que merecen ser recordadas.

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